Nuestra misión, es llevar el fuego de Dios al mundo, y solo los valientes logran que arda. <br> <br>Pero de nada nos sirve ganar el mundo si perdemos nuestra alma.
El oro en la tierra se quedará, El hombre que no tome su Cruz se perderá, María nuestra madre siempre nos acompañara, Y Dios en a su Gloria nos llamará.