Señor, hoy vengo ante Ti, me rindo a tus pies para que guíes mis pasos. Enséñame a recorrer tus caminos, no quiero vivir lejos de Ti, de tu amor, de tu abrazo consolador. Ven y cambia mi corazón, reconozco que en mucho te he fallado, pero tu amor puede levantarme, puede sanarme y puede transformarme. Ven y enséñame a amar, a entender que sólo en Ti, encontraré verdadera felicidad, que sólo Tú puedes cambiar mi vida y mostrarme lo que mejor me conviene. Deseo abrir la puerta de mi corazón a tu presencia renovadora, al manantial de gracias que derramas a través de tus sacramentos. Concédeme el don de la alegría. Sana las heridas de mi corazón que han sembrado miedo y dolor, para poder así actuar con todas las capacidades que me has regalado. Confío en tu amor. Tú eres el dueño de mi vida.
