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Acompañamiento de la Iglesia en México es agradecido por víctimas de violencia.

¿Cómo está la Iglesia católica apoyando a María Herrera en su búsqueda de justicia y dignidad para sus hijos desaparecidos?

María Herrera Magdaleno, conocida activista y madre mexicana, ha luchado incansablemente durante los últimos 15 años para encontrar a sus cuatro hijos desaparecidos. Raúl y Jesús Salvador desaparecieron en 2008, mientras que Luis Armando y Gustavo desaparecieron en 2010. En una entrevista reciente, expresó su agradecimiento por el apoyo que ha recibido de la Iglesia en su búsqueda y la esperanza de que eventualmente encontrarán a sus seres queridos.

En México, según las estadísticas recopiladas hasta septiembre de 2023, se han reportado un total de 95,900 personas desaparecidas. María Herrera Magdaleno se ha convertido en una defensora de derechos humanos muy reconocida debido a su incansable lucha por encontrar a sus hijos. En sus propias palabras, “Vamos a seguir luchando para que la dignidad se haga costumbre, que es lo que siempre hemos pedido”. Reconoce el papel fundamental que la Iglesia católica está desempeñando en la construcción de la paz en México, abriendo espacios de diálogo y promoviendo una agenda ciudadana en este tema.

En esta lucha, María ha enfatizado la importancia de la participación de la Iglesia y de la sociedad en general. Ha destacado la necesidad de que las autoridades gubernamentales respondan a las demandas de las familias de desaparecidos. También ha expresado su preocupación por la normalización de la violencia en México, lamentando que la sociedad a menudo parece indiferente al sufrimiento de los padres de familia.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, María confía en que el trabajo conjunto con la Iglesia y otros sectores de la sociedad eventualmente dará frutos. Reconoce el valor del apoyo que ha recibido y espera que la sociedad en su conjunto también se dé cuenta de la importancia de esta lucha. Su petición principal es que las autoridades gubernamentales abran sus corazones y estén dispuestas a dialogar y colaborar en la búsqueda de las personas desaparecidas.

A lo largo de estos 15 años, María ha tenido numerosos encuentros con autoridades gubernamentales en un intento por obtener respuestas sobre la desaparición de sus hijos. Hasta el momento, estas reuniones no han dado resultados. De ahí su insistencia en que las autoridades permitan el diálogo y contribuyan a encontrar a los desaparecidos. Su urgencia radica en la necesidad de darles una digna sepultura a sus seres queridos.

En un gesto profundamente humano, María ha manifestado que ya no juzga a las personas que desaparecieron a sus hijos. Reconoce que es posible que en sus hogares haya habido carencia de valores y dirección humana, y les hace un llamado conmovedor: “A las personas que nos hicieron este daño cruel, que volteen a ver todo el daño que han causado y que no es necesario que se acerquen si es que no quieren hacerlo, pero que nos hagan llegar por un anónimo, algún lugar o espacio donde hayan llevado a nuestro seres queridos para poder ir por ellos”.

La búsqueda de María ha sido reconocida a nivel nacional e internacional, llegando incluso a ser recibida por el Papa Francisco en el Vaticano. Ella, junto a otras madres y padres que comparten su mismo dolor, sigue clamando por respuestas. Su deseo más grande es poder darles a sus hijos una sepultura digna, una forma de cerrar este doloroso capítulo en sus vidas.

En conclusión, la historia de María Herrera Magdaleno es un testimonio impactante del dolor y la lucha que experimentan miles de familias en México que buscan a sus seres queridos desaparecidos. Su perseverancia, esperanza y llamado a la acción nos recuerdan la importancia de apoyar y solidarizarnos con aquellos que enfrentan este tipo de injusticia.

Con información de ReligionDigital.org