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¿Quién fue Santa Luisa de Marillac y cuál fue su legado social?
Es sorprendente cómo en los días actuales aún se puede honrar en la Iglesia a mujeres que fueron ejemplo de dedicación en favor del prójimo, tal es el caso de Santa Luisa de Marillac, cuyo aniversario de celebración es el nueve de mayo.
Esta mujer fue una líder en la reforma de los servicios sociales en Francia, en los comienzos del siglo XVII, especialmente en lo que se refiere a la atención de los enfermos y necesitados.
Luisa, contrajo matrimonio, pero después de enviudar, encontraría en el servicio al Señor la razón última de su existencia.
Fue cofundadora, junto a San Vicente de Paul, de la Compañía de las Hijas de la Caridad.
Sin embargo, lo que hace destacar a Santa Luisa de Marillac, es su ejemplo de entrega incondicional al prójimo y de cómo administrar, cuando se posee, un espíritu impetuoso.
Ella supo poner su fuerza interior al servicio de la misión que Dios le encomendaba, pese a la dolencia que la acompañó durante toda su vida.
Es impresionante que una mujer, dotada de gran inteligencia y capacidad de decisión, que había recibido la educación propia de las niñas nobles, asistiendo al Monasterio Real de Saint Louis, en Poissy, tenga que vivir en carne propia las carencias materiales que sufrían muchos franceses en ese tiempo.
Tuvo que aprender, por ejemplo, a desempeñarse en trabajos sencillos y a hacerse cargo de los quehaceres del hogar, lo que le produjo un complejo de inferioridad que arrastraría en el alma durante años.
En su juventud, Santa Luisa comenzó a frecuentar el convento de las hermanas capuchinas de Faubourg.
Fue en esa etapa cuando percibió los primeros indicios de una posible vocación religiosa.
Sin embargo, su director espiritual desaconsejó su ingreso al convento debido a que su salud era muy frágil, sufría de constantes fatigas, probablemente, a causa de algún problema respiratorio.
Al final, Luisa logró persuadirse de que su camino era el matrimonio y la santidad en la familia.
En 1613, Santa Luisa de Marillac se casó con Antonio Le Gras, con quien tuvo un hijo.
Lamentablemente, su esposo contrajo una penosa enfermedad y unos años después moriría.
En 1616, Luisa conoció a San Vicente de Paul, quien se convertiría en su confesor.
Él en ese momento, estaba organizando sus “Cofradías de la Caridad”, grupos de ayuda a los más pobres, con el objetivo de mejorar la situación de miseria en el campo.
Para ello, necesitaba a alguien que pudiese ayudarlo y que al mismo tiempo infundiera respeto, alguien que tuviera empatía y la capacidad de ganarse el corazón de la gente.
Con el tiempo, San Vicente conoció mejor a Luisa y se dio cuenta de que ella era la persona que había estado buscando.
Cuando ella enviudó, San Vicente le propuso que se comprometiera con su obra.
Fue así como Santa Luisa empezó a considerar que quizás Dios la quería en un camino distinto.
Para 1629, ella sería enviada de visita a la Cofradía de la Caridad de Montmirail, lo cual realizó con entusiasmo y compromiso.
Fue San Vicente quien solicitó a Luisa que formara un centro de capacitación para voluntarias, por lo que ella puso a disposición de la causa la casa que había alquilado tras la muerte de su esposo.
Allí acogió a cuatro candidatas que fueron instruidas por ella en el servicio a los pobres y enfermos.
En 1634, ya comprometida completamente con el proyecto, redactó la regla de vida que deberían seguir los miembros de la comunidad.
Cuando San Vicente obtuvo el permiso pontificio para formar una congregación, la regla redactada por Santa Luisa de Marillac se convirtió en el estatuto de las “Hermanas de la Caridad”.
En Angers, ella se hizo cargo de un hospital que se encontraba en situación de abandono y, en París, cuidó a los afectados por una epidemia.
También socorrió a las víctimas de la llamada “Guerra de los 30 años” y a quienes padecían la violencia cotidiana de una ciudad grande y turbulenta como París.
Pese a su delicada salud, siempre estuvo presta a servir.
En sus últimos años de vida, las dolencias le impidieron movilizarse.
Postrada, antes de partir a la presencia de Dios, dejó un encargo a sus hermanas espirituales: “Sed empeñosas en el servicio de los pobres, amad a los pobres, honradlos y honraréis al mismo Cristo”.
Santa Luisa de Marillac murió el 15 de marzo de 1660, y San Vicente de Paul le seguiría sólo medio año después.
Ella, siendo una mujer sólida y entregada, logró transformar y hacer realidad la propuesta social que San Vicente había planteado.
Luisa de Marillac fue canonizada en 1934 por el Papa Pío XI.
En 1960 el Papa San Juan XXIII la nombraría patrona de los asistentes sociales.
Es importante indicar que su fiesta solía celebrarse el 15 de marzo, pero actualmente se celebra el 9 de mayo debido a que “siempre cae en Cuaresma y es preferible no celebrar solemnidades durante ese tiempo litúrgico”, tal como lo informó La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
En ese sentido, el cambio de fecha solo indica que la Iglesia sigue pensando en Santa Luisa de Marillac y que su legado sigue vigente en los servicios sociales que se brindan a los más necesitados.
Las siguientes preguntas pueden ayudarnos a profundizar y reflexionar sobre el tema:
1.
¿Quién fue Santa Luisa de Marillac?
R: Fue una mujer inteligente y decidida que lideró la reforma de los servicios sociales en Francia en el s.
XVII, cofundadora de la Compañía de las Hijas de la Caridad.
2. ¿Por qué Luisa de Marillac experimentó carencias en su vida?
R: Debido a la precaria situación económica de su familia, Luisa experimentó carencias materiales que sufrían muchos franceses en ese tiempo.
3. ¿Cuál fue la relación de Luisa de Marillac con San Vicente de Paul?
R: San Vicente de Paul se convirtió en su confesor y le propuso que se comprometiera con la obra de las “Cofradías de la Caridad”, iniciando así su labor en el servicio a los pobres y enfermos.
4. ¿Qué encargo dejó Santa Luisa de Marillac a sus hermanas espirituales antes de morir?
R: Dejó un encargo a sus hermanas espirituales: “Sed empeñosas en el servicio de los pobres… amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo”.
5. ¿Por qué se celebra la festividad de Santa Luisa de Marillac el 9 de mayo?
R: Desde el año 2016 se celebra el 9 de mayo, día del aniversario de su beatificación, debido a que siempre caía en Cuaresma y es preferible no celebrar solemnidades durante ese tiempo litúrgico.
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Con información de aciprensa.com – Foto Crédito: aciprensa