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¿Cómo fortalecer mi fe católica en la actualidad?

¿Quién fue San Celestino V y cuál fue su importancia en medio de la crisis eclesial durante su pontificado?

Reescritura del Artículo “San Celestino V”:

El papa Pietro Angelari de Murrone, conocido como San Celestino V, fue un santo monje eremítico que llegó a ser nombrado papa en medio de una crisis eclesial en el siglo XIII. San Celestino V fue el Papa número 192 y nació en Isernia, Italia en el año 1221. Fue elegido al pontificado el 5 de julio de 1294, ordenado obispo de Roma el 29 de agosto de ese mismo año y luego renunció a su papado el 13 de diciembre de 1294 convirtiéndose en el único papa en haber abdicado en la historia. Falleció el 19 de mayo de 1296 en Ferentino siendo el último Papa con el nombre de Celestino.

San Celestino V provenía de una familia humilde, siendo el undécimo hijo de Angelo Angelerio y Maria Leone. Se convirtió en ermitaño a los 20 años y siguió la regla benedictina. Fue ordenado sacerdote en Roma y vivió durante cinco años en una cueva en el Monte Morroni, cerca de Sulmona. San Celestino V sufrió violentas tentaciones que casi lo llevaron a la desesperación, pero el consejo de su director espiritual y algunas visiones lo ayudaron a recuperar la paz. En una visión, un santo abad recién fallecido le ordenó regresar a su celda y ofrecer cada día el sacrificio de la misa. Cuando la montaña donde vivía fue deforestada, se fue con dos compañeros al monte Magella y otros ermitaños buscaron su guía, lo que llevó a la fundación de la comunidad del Espíritu Santo de Magella, también conocidos como los Benedictinos Celestinos, que fue aprobada en 1271 por el Papa Gregorio X.

San Celestino V vivía en la pobreza dedicado a la oración y a la copia de libros, nunca comía carne y ayunaba excepto los domingos y dormía muy poco. Sin embargo, sus austeridades eran excesivas, así que Dios en una visión le enseñó que no debía destruir su cuerpo sino que era su deber mantenerlo.

Durante la época en que San Celestino V y sus hermanos se dedicaban a la oración y la penitencia, la iglesia atravesaba turbulentas aguas. Tras la muerte del papa Nicolás IV, los cardenales en Roma no se ponían de acuerdo para elegir un sucesor. Por dos años y tres meses, la Sede permaneció vacante. En un inesperado giro de los acontecimientos, los cardenales eligieron a San Celestino V como Papa. Existen diferentes versiones sobre cómo ocurrió esto. Según la historia de Butler*, los cardenales se reunieron en Perugia y lo eligieron por unanimidad debido a su fama de santidad. A pesar de todos los argumentos que San Celestino V ofreció para disuadirlos, no logró hacerles cambiar de opinión. Entonces trató de huir, pero fue interceptado. Fue ordenado obispo de Roma en la catedral de Aquila, cerca del Monte Morroni donde vivía con sus hermanos ermitaños.

San Celestino V duró solo cuatro meses como Papa. Continuó viviendo en la pobreza en medio de la riqueza y fue humilde en medio de la fama. Se construyó una celda de madera y siguió siendo santo, pero no dio abasto para gobernar. El rey Carlos de Nápoles se aprovechó de él y también hubo abusos por parte de algunos en la curia del Vaticano. San Celestino V no estaba preparado para esas luchas.

La conciencia de San Celestino V lo acongojaba al sentir que no era competente para enfrentar las exigencias del papado. Después de informarse sobre la ley de la iglesia, convocó un consistorio de los cardenales en Nápoles el 13 de diciembre de 1294, en el que estaba presente el rey de Nápoles y muchos otros. Les leyó un acta solemne de abdicación, se quitó las vestimentas y ornamentos papales, se puso su hábito religioso, se bajó del trono y se postró ante la asamblea, pidiendo perdón por sus faltas y pidiendo a los cardenales que las reparen en la mejor forma posible, eligiendo a un sucesor digno de San Pedro. Vivió 10 meses después de su renuncia en vida oculta dedicado a la oración.

San Celestino V regresó al Monte Moroni, donde vivió con sus monjes, pero tantas eran las personas que iban a verlo que el nuevo Papa temió que se produjera un cisma. San Celestino V fue retirado al castillo de Fumone, a nueve millas de Anagni, bajo guardia. Vivía su vocación monacal cantando continuamente los salmos con sus hermanos y decía: “Yo no deseaba nada en este mundo más que una celda; y una celda se me ha dado”. Profetizó su muerte y falleció en la pobreza absoluta que siempre quiso vivir, después de haber rezado devotamente el salmo: “Que todo espíritu alabe al Señor”. Fue enterrado en la iglesia de Santa María de Collemaggio, Aquila, Italia, y fue canonizado en 1313.

Los datos para este artículo fueron tomados de “The Lives or the Fathers, Martyrs and Other Principal Saints” de Alban Butler.

Con información de Corazones.org