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¿Cómo el amor puede ayudar a construir sociedades más justas y pacíficas?
El discurso del Papa Francisco el 1 de enero, durante la Jornada Mundial de la Paz, en la festividad de María, Madre de Dios, estuvo marcado por un llamado a la reflexión sobre el amor, la maternidad y la construcción de sociedades justas y pacíficas. En sus palabras, el Pontífice destacó la importancia de emular el amor silencioso y respetuoso de las madres, así como el papel fundamental que desempeñan en la promoción de la libertad y la convivencia pacífica.
El Papa abordó la noción del silencio de María como una actitud llena de asombro y adoración, que se extiende más allá de la ausencia de palabras. Este silencio, según Francisco, está marcado por la contemplación de las maravillas divinas. Asimismo, el Papa apuntó a la importancia del silencio de las madres, quienes, a menudo de manera invisible, cuidan y acompañan a sus hijos, contribuyendo así a su crecimiento.
En el contexto actual, caracterizado por el odio y la violencia, el Papa advirtió sobre las amenazas a la libertad y la convivencia pacífica, provenientes del egoísmo, el interés personal, la búsqueda del lucro y el deseo de poder. En contraposición, enfatizó que el amor se manifiesta a través del respeto y la amabilidad, derribando barreras y promoviendo relaciones fraternas, así como la construcción de sociedades más justas, humanas y pacíficas.
El Pontífice también hizo hincapié en el papel de María como modelo femenino para la Iglesia, exhortando a redescubrir y asemejarse a su figura. En este sentido, destacó la importancia de dar espacio a las mujeres y de adoptar una actitud maternal en la pastoral, con el objetivo de promover la paz y escapar de la espiral de violencia y odio.
El discurso del Papa ofreció una perspectiva sobre la relevancia de María como un vehículo para superar la soledad y las carencias humanas. Francisco señaló que en momentos de dificultad, María puede servir como refugio para aquellos que buscan consuelo y unidad. Asimismo, resaltó la necesidad de confiar el nuevo año a la Madre de Dios y de consagrarle nuestras vidas, con la certeza de que ella nos conducirá a Jesús, la plenitud del tiempo.
Al concluir su discurso, el Papa ofreció plegarias por Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad, así como por Ucrania, Israel y Palestina, y todos los países afectados por conflictos armados. Francisco instó a trabajar diariamente por la construcción de la paz, sentando las bases para un año en el que la paz sea una prioridad constante.
En resumen, el mensaje del Papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Paz enfatizó la importancia del amor, la maternidad y la construcción de sociedades justas y pacíficas, centrándose en la figura de María como ejemplo a seguir. Además, ofreció plegarias por aquellos que sufren por la violencia y la opresión en todo el mundo, con la esperanza de que el nuevo año brinde la oportunidad de trabajar hacia un futuro más pacífico y unificado.
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Con información de Asianews.it
