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¿Cómo la Novena a la Virgen María de Fátima puede convertirse en refugio para los pecadores?

¿Cómo podemos acudir a la Virgen de Fátima en busca de refugio y consuelo para nuestros corazones heridos?

Al momento de rezar la Novena a la Virgen de Fátima, evocamos el recuerdo vivo de María en todas sus manifestaciones. Ella nos insta a cambiar nuestras vidas. Es por eso que, durante este sexto día de la novena a nuestra Señora de Fátima, le presentamos a ella, la Virgen Santísima, como el refugio de los pecadores, aquellos que buscan consuelo y alivio para sus corazones heridos.

El 13 de mayo de 1917, tres sencillos pastores cerca de la localidad de Fátima, en Portugal, experimentaron su primera aparición de Nuestra Señora de Fátima. Durante los siguientes seis meses, los hermanos Jacinta, de 7 años, y Francisco Marto, de 9 años, junto con su prima Lucía Dos Santos, de 10 años, presenciaron seis visiones divinas de Nuestra Señora.

La Santísima Virgen se les apareció a los niños y les reveló que había sido enviada por Dios con un mensaje para cada persona, sin importar su edad, que vivía en nuestro siglo. En el momento en que la civilización se viera azotada por la guerra y la violencia sangrienta, la Virgen de Fátima prometió que el Cielo otorgaría paz al mundo entero si se escucharan y obedecieran sus peticiones de oración, reparación y consagración.

Nuestra Señora de Fátima explicó a los niños que la guerra es un castigo por el pecado y advirtió que Dios castigaría aún más al mundo por su desobediencia a Su Voluntad mediante la guerra, el hambre y permitiendo la persecución de la Iglesia, del Santo Padre y de todos los Fieles Católicos.

María es el refugio de los pecadores, de aquellos que buscan consuelo para sus heridas y desean experimentar una conversión profunda que los haga cambiar su forma de vida. Por eso, en este sexto día de la Novena a Nuestra Señora de Fátima, elevamos nuestras plegarias a ella, buscando la misericordia para todos los pecadores.

1. Diálogo inicial con María

Oh Virgen Santísima, tal vez no he sido tan buen hijo. Raramente pienso en ti y te demuestro poco afecto, ya que tú también eres una mujer y te agradan las pequeñas muestras de cariño. Ayúdame a estar más cerca de ti, a amarte más y a seguir tu ejemplo como discípula fiel y dedicada del Señor.

Amado Jesús, ayúdame a que el amoroso y sin condiciones “sí” de María se grabe profundamente en mi corazón. Que su ejemplo de obediencia y generosidad sea la guía de mi vida. Permíteme comprender y transmitir la alegría de tu encarnación. Tú la amas como madre, ya que la diste como madre en la cruz. Permíteme agradecer tan hermoso regalo.

2. Oración de ofrecimiento

Oh Dios mío, creo, adoro, espero y os amo. Pido perdón por aquellos que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente. Os ofrezco el precioso cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes que Él recibe. Por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y la intercesión del Inmaculado Corazón de María, os suplico la conversión de los pecadores.

3. Oración inicial

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste mostrar en Fátima la ternura de tu Inmaculado Corazón al traernos mensajes de salvación y paz. Confiados en tu misericordia maternal y agradecidos por las bondades de tu Corazón amoroso, venimos ante ti para rendirte nuestro tributo de veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente tu mensaje de amor y otórganos las peticiones que te presentamos en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, honra tuya y provecho de nuestras almas. Amén.

4. Día 6 de la Novena a Nuestra Señora de Fátima

María es el refugio de los pecadores. Acudimos a nuestra Madre para que siempre nos reciba en los momentos difíciles. La invocamos con la siguiente oración.

Oh santísima Virgen María, refugio de los pecadores. Enseñaste a los pastorcitos de Fátima a orar constantemente al Señor para que estos desdichados no caigan en las penas eternas del infierno. Les revelaste que los pecados de la carne son los que arrastran a más almas a las terribles llamas. Infunde en nuestras almas un gran horror al pecado y el santo temor de la justicia divina. Al mismo tiempo, despierta en nosotros la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras en su conversión. Amén.

5. Oración final

Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció la recompensa de la salvación eterna. Te suplicamos que, al meditar los misterios del Santísimo Rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos la recompensa que prometen. Lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

En este día 6 de la Novena a Nuestra Señora de Fátima, cuando sientas que las penas te abruman y no ves un camino para encontrar la paz en tu alma, acude a María. Ella es el consuelo y alivio presente de Dios. La Virgen de Fátima es el refugio de los pecadores y aquellos que acuden a ella nunca quedan desamparados. Deja tus peticiones de oración en los comentarios y solicita la ayuda de Nuestra Señora para que venga en tu rescate. Ella desea traerte la sanación de Dios. Refúgiate en los brazos de María durante este sexto día de la novena.

En conclusión, a través de la Novena a Nuestra Señora de Fátima, confiamos cada día todas nuestras dificultades y cargas a nuestra Madre. María está ahí presente, nunca nos deja solos. En este sexto día de la Novena, acudimos a ella como el refugio de los pecadores. Siempre nos recibirá con los brazos abiertos, siendo nuestro refugio con las puertas abiertas. Deja tus peticiones de oración en los comentarios en este día 6 y pidamos a la Virgen de Fátima su intercesión.