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¿Cómo podemos aprender a amar los tiempos de silencio de Dios y comprender que solo se comunican con amor?
¡Oh Dios mío!, permíteme conocer tus momentos, que me hagas amar tus momentos de silencio, que comprenda día tras día que aquellos que verdaderamente se aman solo se comunican a través del silencio.
En ocasiones, Dios puede ser increíblemente difícil de encontrar.
Cuando Dios afirma que “nuestros pensamientos no son sus pensamientos y nuestros caminos no son sus caminos” (cf.
Isaías 55,8), en realidad significa precisamente eso.
Tenemos encuentros con Él en los cuales se irrumpe en nuestras existencias, con alegría y poder, y responde a nuestras oraciones a veces de forma prácticamente inmediata.
Depositemos nuestra confianza plena en Él y puede regar el jardín de nuestra fe de tal manera que permanezca exuberante y verde durante mucho tiempo.
El supuesto silencio de Dios.
Y luego hay momentos en los que el caos nos asedia, los problemas y dificultades se presentan en nuestras vidas y Dios parece haberse alejado, lo que puede dejarnos destrozados o desanimados.
Sentimos una oscuridad implacable que se cierne sobre nosotros, un viento seco que golpea violentamente nuestros sentidos, dejándonos confundidos, y a veces incluso con el alma resquebrajada y seca.
Y entonces seguimos clamando a Dios en esta angustia confusa y lo único que sentimos es el silencio.
Dios parece ausente, callado, quieto, como si no le importara lo que estamos atravesando o como si fuera indiferente a nuestra situación.
Pero en realidad, Dios guarda silencio, y tiene sus motivos, su pensamiento escapa a nuestra lógica y solo nos queda seguir clamando por su compasión y bondad.
A continuación, les presentamos una oración redactada por el Padre Guillermo Serra, L.C. que puede ayudarnos en esos momentos en los que sentimos el silencio de Dios.
Oración cuando sientes el silencio de Dios.
Silencio que no logro entender, pero que respeto y guardo en silencio junto a tantas lágrimas por no comprender que Tú también hablas en cada silencio.
Enséñame a ser un espacio infinito en el que tu silencio sea vida; muéstrame la belleza de buscarte en el Cielo incluso sin palabras, mirándote y permitiéndote ser mi eternidad, mi todo y mi Cielo.
Señor del silencio, del tiempo inmutable y de lo eterno; permíteme disfrutar de la espera y comprender que en este silencio, Tú no dejas de escucharme y prestarme atención a cada grito de amor que surge incesantemente desde mi corazón hacia Ti.
Guarda mis palabras en lo profundo de tu Ser y permíteme sentir la paz infinita de amarte en el silencio.
Silencio de Amor, que emana de tu Corazón abierto.
Sé mi Compañero en las noches oscuras en las que solo siento los latidos acompasados de mi corazón inquieto que busca un poco de paz refugiándose en tu Corazón, que arde de amor eterno.
Muéstrame tus momentos, haz que ame tus momentos de silencio, que comprenda día tras día que aquellos que verdaderamente se aman solo se comunican a través del silencio.
Sé mi consejero, hoy, aquí… en este silencio, para que los días no me atormenten ni muera de frío creyendo que no estás conmigo.
Ven, Amigo, abrázame con premura, pues mi alma te necesita en medio del frío y el dolor.
Arrúllame con ternura, melodía de paz… que aunque sea silencio, mi corazón la comprenderá, pues habla de un Amor que es eterno.
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