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¿Cómo puedo elegir mi vocación para ser feliz?

¿Cómo podemos discernir nuestra vocación en la vida y encontrar la felicidad en el camino que Dios tiene para nosotros?

Una mujer soltera fue preguntada recientemente por qué parecía tan alegre si no estaba casada. Con una sonrisa y en tono de broma, ella respondió que precisamente por ese motivo. Esta respuesta se debió a que nunca había imaginado su futuro con un esposo y varios hijos a los que educar, no porque despreciara ese estilo de vida, ya que sentía un gran respeto por aquellos que optaron por vivir en pareja y tenían hijos. Aunque decidió no elegir ese camino, eso no evitó que sienta el amor maternal hacia sus sobrinos, compartiendo con sus cuñadas la maternidad de una manera diferente pero no menos valiosa.

La presión social para formar una familia ha disminuido en la actualidad, aunque aún se puede notar la presión en algunos ámbitos. En muchos casos, la gente elige vivir en pareja sin pensarlo dos veces, e incluso se consideraba socialmente inapropiado que alguien no contrajera matrimonio. Esto ha generado que los hombres y mujeres se casen sin darse la oportunidad de explorar otras opciones.

Actualmente, los jóvenes se enfrentan a la misma disyuntiva, pero por diversas razones, cada vez más los que deciden comenzar una vida sexual y van a vivir con alguien sin siquiera contemplar la posibilidad de matrimonio. Muchos tienen miedo del compromiso que conlleva, creyendo que tener libertad significa mudarse con alguien más sin casarse. Asimismo, prefieren no tener hijos y mantener una mascota.

Es triste que los jóvenes estén tomando decisiones por temor a sufrir, creyendo que estarán exentos de problemas y complicaciones si no se casan. Estas elecciones no los benefician y reducen sus oportunidades de encontrar su verdadera vocación y ser felices.

La Iglesia Católica ha organizado retiros llamados preseminarios y pre-vida consagrada, con el objetivo de invitar a chicos y chicas a partir de los 15 años a experimentar un retiro de dos o tres días para que puedan explorar diversas vocaciones. Se les presentan diferentes opciones, como la vida religiosa, el sacerdocio, el matrimonio y la soltería, dejándolos elegir el camino que más se adapte a su inclinación natural.

La mejor señal de que se ha tomado una buena decisión es la felicidad. Esto no significa que estaremos exentos de contratiempos, dificultades y responsabilidades, sino todo lo contrario, aceptamos más exigencias porque sabemos que estamos trabajando por nuestra vida eterna. La fe nos ayuda a superar las tentaciones y las dificultades que encontremos a lo largo del camino.

Si tienes dudas acerca de tu elección en la vida, ora y pregúntale a Dios qué quiere de ti. Estoy seguro de que llegarán las respuestas y cuando las tengas, pregúntate si eres feliz. Si la respuesta es afirmativa, puedes estar seguro de haber tomado la decisión correcta.

Con información de es.catholic.net