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¿Cómo podemos ser una sombra que repara, una amistad que consuela, como Dios lo hace con María?
El pontífice explicó que el ángel le dijo a María que el Espíritu Santo vendría sobre ella y que la fuerza del Altísimo la cubriría con su sombra para explicar cómo concebiría a Jesús. El papa Francisco reflexiona sobre la representación de esta imagen en su discurso previo al rezo mariano del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
Francisco recuerda que en la tierra de María, que es perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste la sequía y ofrece cobijo, y una tienda hospitalaria brindan alivio y protección. Durante estas navidades, el papa insta a pensar en aquellos que pasarán solos y a considerar si podríamos ser una sombra que repara, una amistad que consuela para las personas solas y necesitadas.
El papa describe al Espíritu Santo como una sombra, un don que restaura. Además, destaca que el Espíritu desciende sobre María de manera gentil, abrazándola, fecundándola y custodiándola sin hacer violencia ni herir su libertad. La Biblia presenta una imagen recurrente de la sombra que protege, como la nube que acompaña al pueblo de Dios en el desierto o la planta que protege al profeta Jonás del sol. Esto demuestra que Dios está presente para nosotros, siendo nuestro cobijo y refugio.
La sombra habla de la gentileza de Dios, invitando a María y a todos nosotros a refugiarnos bajo la sombra de Dios. El amor fecundo de Dios se manifiesta a través de cuidar a los demás con amabilidad y amarnos unos a otros. Durante las fiestas navideñas, el papa Francisco nos invita a atender a quienes pasarán solos de manera delicada y discreta, escuchándolos, acompañándolos, visitándolos y haciéndonos sombra del Altísimo para ellos.
El pontífice nos hace reflexionar sobre la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, haciéndole un sitio en nuestro corazón y acercándonos a su perdón y a la Eucaristía. También nos insta a considerar cómo podríamos ser una sombra que repara, una amistad que consuela para las personas solas y necesitadas. Finalmente, el papa pide a María que nos ayude a ser abiertos y acogedores ante la presencia de Dios, que con mansedumbre viene a salvarnos.
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Con información de es.catholic.net