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¿Cómo ser un buen padre a través de ser un buen esposo?

¿Cómo ser un buen padre según la perspectiva católica y por qué es importante ser un buen esposo para ello?

Para cumplir con éxito el rol de progenitor es importante, no sólo estar presente para cubrir las necesidades de los hijos y compartir momentos de diversión, sino también amar y respetar a la pareja frente a los hijos, ya que ésta es la muestra de amor y servicio que los hijos aprenderán a imitar. Para alcanzar la meta de ser un buen padre y esposo, se deben tener sólidos valores de respeto y amor hacia el cónyuge. Piero Ferruci, psicoterapeuta y filósofo autor del libro “Nuestros Maestros los Niños” comenta que la buena relación con los hijos depende de la calidad de la relación con la pareja, porque cada persona es resultado de la relación de sus padres y esta relación sigue viva dentro de nosotros, afectando nuestra psique y emociones. Si queremos ser buenos padres, debemos además ser buenos esposos, buenos amigos, buenos hijos y buenos compañeros.

Ser un buen padre y esposo no es una tarea sencilla y en muchas ocasiones se plantean objetivos para mejorar la relación con los hijos y ser un buen padre que no siempre se cumplen. Ferruci aconseja la oración y ser un ejemplo de bondad, amor y respeto para lograr consolidar la meta. Para mantener y mejorar el matrimonio y ser un buen esposo, el autor italiano sugiere recordar los mejores momentos y regresar a ellos de vez en cuando para beber de la fuente de agua pura, donde todo parece perfecto y armonioso.

La oración es un recurso valioso para ser un buen padre y esposo. En ella se pide al Señor que ayude a tener una perspectiva más clara de las cosas en casa y de la familia, a arrancar cualquier preocupación que altere la paz mental y a ponerla confiadamente en Sus manos. También se agradece por las diferentes formas en que Dios ha aparecido en la vida como padre y esposo, y se le pide que continúe guiando en el camino hacia la paternidad y el matrimonio. De esta manera, un corazón dócil, manso y agradecido se alcanzan las herramientas necesarias para ser un buen padre y esposo.

En definitiva, no podemos olvidar que nuestra relación con nuestros hijos pasa necesariamente a través de la relación con nuestra pareja, ya que los hijos sienten con todo su ser la relación entre los padres y la sienten en sí mismos. Si dicha relación está envenenada o es disonante, los hijos crecerán en ese ambiente. Por todo ello, ser buen padre y esposo es una tarea continua y desafiante que se logra con amor, respeto, paciencia, comprensión, dedicación y oración.