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¿Cuál es tu apostolado principal y cómo lo estás llevando a cabo en la intimidad de tu hogar y con tus seres queridos?
El padre Carlos Padilla reflexiona sobre la vida de un apóstol católico y cómo esta vocación es una tarea constante y permanente. En cada momento de la vida, incluso en la intimidad familiar, el apóstol está llamado a vivir los principios y valores que Cristo le ha enseñado. Para llevar a cabo esta tarea, es necesario mantener una comunión constante con Dios y María.
La vida cristiana es una tarea compleja que requiere de una fidelidad constante a los valores evangélicos. No es suficiente con asistir a la misa los domingos o participar en las actividades apostólicas de la Iglesia, se debe vivir con coherencia y humildad. Esta tarea se vuelve aún más importante en la vida familiar, ya que es allí donde se comparte el amor y la fe que rige la vida de cada uno.
Al vivir en comunidad, el apóstol encuentra una fuente de fortaleza y sostén que le ayuda a perseverar en la fe, incluso en tiempos de adversidad o dificultades. La coherencia en la vida diaria y en la comunidad será el mejor testimonio de la presencia de Dios en el mundo. El amor y la fidelidad en el matrimonio, y la celebración de bodas de plata u oro, son también testimonios valiosos de la presencia de Cristo en nuestras vidas.
Cada apóstol tiene su propio llamado en la Iglesia, y debe estar dispuesto a llevar a cabo la tarea que Dios le ha encomendado, ya sea en la comunidad o en la familia. La tarea del apóstol es entregar gratis lo que ha recibido gratis, y hacerlo con amor y humildad. Aunque la vocación del apóstol es para siempre, es importante recordar que no estamos solos en esta tarea, sino que estamos unidos a una comunidad de hermanos y hermanas, que juntos buscan conocer y hacer la voluntad de Dios.
Las siguientes preguntas pueden ayudarnos a profundizar y reflexionar sobre el tema:
1. ¿En qué momentos soy apóstol enviado por Dios? Siempre, en cualquier lugar y situación.
2. ¿Cómo puedo ser un apóstol en la intimidad familiar? Vivir con coherencia y mantener encendida mi comunión con Jesús y María.
3. ¿Cuál es mi apostolado principal como matrimonio? Ser un testimonio vivo de valores cristianos y de fidelidad en el amor matrimonial.
4. ¿Cómo puedo ayudar en la Iglesia? Participando y dando testimonio de la presencia de Dios en un mundo secularizado.
5. ¿Qué hago cuando fracaso en mi apostolado? Me sostengo en el amor a Jesús y confío en su guía y dirección. La obra es de Cristo, no mía.
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Con información de aleteia.org | Foto Créditos: Aleteia