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El título se puede reescribir como: Ucrania prohíbe a los sacerdotes católicos trabajar en las áreas controladas por Rusia.

¿Cómo afecta la vigilancia de los servicios especiales rusos a los creyentes que quieren asistir a servicios religiosos en línea?

El obispo auxiliar de la diócesis de Kharkiv-Zaporizhia en Ucrania, Mons. Jan Sobiło, ha revelado que, debido a la guerra y la invasión rusa de Ucrania, la vida pastoral se ha visto suspendida en territorios ocupados por los rusos, lo que ha dejado sin los sacramentos a los católicos que residen en esas zonas. El obispo ha descrito la situación como “terrible” y ha mencionado que algunos fieles se han visto obligados a participar en la Santa Misa en línea a través de Internet, aunque saben que están siendo vigilados por los servicios especiales rusos.

El obispo ha señalado que los sacerdotes no pueden entrar en estas zonas y que incluso si lo hicieran, no estarían seguros. Además, la mayoría de los católicos que residían en esa zona han abandonado la zona desde que comenzó la guerra, pero algunos han decidido quedarse, lamentando ahora su elección dado que están privados de los sacramentos.

Mons. Jan Sobiło ha destacado también la difícil situación de dos sacerdotes católicos que fueron secuestrados por los rusos el año pasado y que fueron torturados durante su cautiverio. Aunque ahora están en mejores condiciones, su liberación sigue en juego y los rusos esperan canjearlos por oficiales ucranianos que mantienen en su poder.

El obispo ha agradecido el apoyo exterior que ha recibido la diócesis, lo que ha dado frutos espirituales. En las zonas controladas por Ucrania, el ministerio pastoral funciona con normalidad, destacando el compromiso de los sacerdotes y las monjas que permanecen en la zona, así como la capacidad de las personas para asistir a las celebraciones de la Santa Misa y recibir ayuda humanitaria.

Desde la perspectiva católica, es evidente que esta situación es muy preocupante, ya que los católicos tienen derecho a recibir los sacramentos y participar en la vida de la Iglesia. Por lo tanto, debemos orar por una solución pacífica y duradera al conflicto en Ucrania y por la protección y el bienestar de los católicos que residen en la zona.

Con información de Gaudiumpress.org