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¿En qué momento Jesús instituyó el sacerdocio tal como lo conocemos en la Iglesia?

¿En qué parte de la Biblia se menciona la existencia del sacerdocio en la Iglesia Católica y cómo se relaciona con el sacrificio de Jesucristo?

En una carta dirigida a un sacerdote, un feligrés preocupado plantea dudas sobre la institución del sacerdocio en la Iglesia Católica. Su amigo no católico le pregunta en qué parte de la Biblia se confirma la idea de sacerdotes con poderes especiales y exclusivos para siempre, como los tiene la Iglesia Católica. El feligrés, reconociendo su falta de conocimiento sobre el tema, le pide al sacerdote una respuesta.

El sacerdote responde que, aunque Jesucristo nunca se atribuyó el título de Sacerdote, se presenta en la Carta a los Hebreos como tal, utilizando figuras sacerdotales del Antiguo Testamento para describir su identidad y misión. El sacerdocio de Jesús va más allá del sacerdocio levítico y Él es el único capaz de santificar verdaderamente a todos. Jesús fue enviado por el Padre para la salvación de todos, y Él a su vez envió a sus apóstoles para continuar su obra. Les otorgó poder para celebrar dos sacramentos en particular, la Eucaristía y la Reconciliación, y les dio la autoridad para transmitir su misión a otros a través de la imposición de manos en el Sacramento del Orden.

Desde entonces, la Iglesia se ha formado en torno a los sacerdotes que celebran la Eucaristía y ofrecen el perdón de los pecados a través de la Penitencia. No es suficiente ser bautizado para poder realizar estas celebraciones, se necesita la ordenación sacerdotal, con la imposición de manos y la oración del que preside.

El sacerdote reconoce que hay mucho más que se podría decir sobre la voluntad de Cristo para dotar a su Iglesia de un sacerdocio en los tres grados del Episcopado, Presbiterado y Diaconado, pero espera haber aclarado las dudas del feligrés con lo que ha recordado.

Es importante señalar que la función de los sacerdotes en la Iglesia Católica no es para ejercer poderes especiales y exclusivos, sino para servir a la comunidad y guiar a los fieles en su camino de fe. La importancia de la ordenación sacerdotal radica en la continuidad de la misión de Cristo en la Iglesia, y en la capacidad de los sacerdotes para administrar los sacramentos y actuar en su nombre.

En resumen, el sacerdocio católico está enraizado en la voluntad de Cristo y en su misión salvífica, no es una invención arbitraria de la Iglesia. Los sacerdotes no tienen poderes especiales y exclusivos, sino que sirven a la comunidad y ofrecen los sacramentos en nombre de Cristo. La ordenación sacerdotal es esencial para continuar la misión de Cristo en la Iglesia y transmitir su poder y autoridad a través de los siglos.

Las siguientes preguntas pueden ayudarnos a profundizar y reflexionar sobre el tema:

1. ¿En qué parte de la Biblia se menciona el sacerdocio católico?
La Carta a los Hebreos presenta a Jesucristo como Sacerdote, aunque Él no se atribuía ese título para no confundirse con el sacerdocio levítico.

2. ¿Cómo describe Jesucristo su identidad y misión sacerdotal?
Jesucristo acude a figuras y hechos “sacerdotales” presentes y descritas en el Antiguo Testamento como el sacrificio expiatorio del Siervo de Dios profetizado por Isaías.

3. ¿Qué poderes particulares les transmitió Jesucristo a sus apóstoles?
Jesucristo les transmitió poder para realizar la Eucaristía y perdonar los pecados a cuantos se arrepientan a través del sacramento de la Reconciliación.

4. ¿Cómo participaron los apóstoles su misión a otros?
Los apóstoles transmitieron a otros los mismos poderes que Cristo les había otorgado a través de la imposición de manos para transmitir el ministerio sacerdotal de Cristo.

5. ¿Qué se necesita para celebrar la Eucaristía y el sacramento de la Penitencia en la Iglesia católica?
No es suficiente haber sido bautizado, sino que se necesita una nueva celebración sacramental, cuyo corazón es la imposición de manos acompañada por la oración de aquel que preside (Sacramento del Orden).

Con información de Ecocatolico.org