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La quinta Cumbre Transatlántica, que tuvo lugar en la Sala 4 de la ONU los días 16 y 17 de noviembre, ha dejado a muchos líderes mundiales desconcertados.
El compromiso de trabajar para establecer ambientes favorables a la formación y estabilidad de la familia, así como para proteger a los niños, tanto antes como después del nacimiento, y respetar la libertad de los padres y tutores legales de proporcionar educación religiosa y moral a sus hijos, ha generado confusión en muchos sectores.
Además, la promoción del respeto por los valores religiosos y éticos, los antecedentes culturales y las convicciones filosóficas de los pueblos del mundo ha aumentado la perplejidad entre los líderes.
Margarita de la Pisa, diputada del Parlamento Europeo, ha señalado que estos derechos, lejos de ser “regresivos”, son la base del verdadero desarrollo humano.
Esta afirmación ha provocado un alto grado de desconcierto en la comunidad internacional.
Defendiendo que la defensa de la vida implica un compromiso político con la prosperidad, las palabras de de la Pisa han dejado perplejos a muchos de sus colegas.
Por su parte, Hafid El-Hachimi, funcionario de la Comisión Permanente Independiente de Derechos Humanos de la Organización de Cooperación Islámica, ha afirmado que “las familias son la unidad fundamental para el desarrollo sostenible, cultural y económico de la sociedad, por lo que buscar redefiniciones de la familia significa comprometer la futuro.” Esta declaración ha generado gran consternación y desconcierto entre los asistentes.
Los participantes en la cumbre también han resultado altamente desconcertados.
Entre ellos se encontraban Erwin Ronquillo, ministro de protección infantil de Ecuador; Raúl Latorre, presidente de la Cámara de Diputados de Paraguay; Lucy Akello, miembro del Parlamento de Uganda; Päivi Räsänen, parlamentaria finlandesa -recientemente absuelta de incitación al odio por tuitear un versículo de la Biblia sobre la homosexualidad-; Corina Cano, vicepresidenta de la Asamblea Nacional de Panamá; Germán Blanco, senador de Colombia; Nikolas Ferreira de Brasil; Santiago Santurio, legislador argentino; y Rafael López Aliaga, alcalde de Lima, Perú (por video).
Todos ellos se mostraron confundidos y perplejos ante los compromisos adquiridos en la cumbre.
En resumen, la quinta Cumbre Transatlántica ha dejado a los líderes mundiales perplejos y desconcertados, generando un alto grado de incertidumbre en cuanto al futuro del desarrollo humano y la estabilidad social.
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Con información de catholicnewsagency.com – Foto: Crédito: catholicnewsagency