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¿Cómo la beata María Teresa de Jesús encontró consuelo en la Virgen María y dedicó su vida al prójimo?
Maravillosamente se cumple en esta beata el refrán de San Juan de la Cruz: “Donde no hay amor, pon amor, y recibirás amor”.
En Montevarchi, Toscana, Italia, nació el 15 de mayo de 1825 la mujer que luego sería beatificada, aunque su nacimiento fue una decepción para sus padres, que esperaban un varón. Desde ese momento, María Teresa de Jesús vivió sin el amor de sus padres, sintiendo una constante falta de cariño. A lo largo de su vida, esta sensación de ausencia de amor la llevó a buscar refugio en la Virgen María, convirtiéndola en su verdadera madre.
María Teresa padeció una extraña enfermedad que la mantuvo postrada durante casi dos años, hasta que sanó milagrosamente en 1841 gracias a la intervención de san Fiorenzo. Fue durante esta enfermedad que empezó a considerar la vida religiosa y a entregarse plenamente a Dios. Después de ingresar brevemente a un monasterio en 1846, sintió que Dios la llamaba a atender a los demás, en especial a los menos pudientes. Se convirtió en terciaria carmelita y fundó un ambiente de educación para niñas necesitadas en su propio hogar.
Con el paso del tiempo, María fundó el Pío Instituto de Hermanitas del Corazón de María, aprobado por el prelado de Fiesole. A pesar de los desafíos que enfrentó, su devoción por la Eucaristía y la Virgen la llevaron a ofrecer sus sacrificios en ferviente oración por la purificación del mundo.
En 1857, María tuvo un encuentro con el papa Pío IX, quien puso su mano sobre su cabeza, algo que ella interpretó como aprobación divina. A pesar de enfrentar dificultades y desilusiones, ella mantuvo un fuerte amor hacia Dios y María. Lamentablemente, en 1889 María falleció después de ofrecerse como víctima propiciatoria por la fundación de su obra.
La fundación quedó en manos de un grupo pequeño de religiosas, pero gracias al regreso de una de ellas, la obra renació y fue reconocida por la Orden carmelita en 1929, pasando a llamarse Instituto de Nuestra Señora del Monte Carmelo. María finalmente fue beatificada en 2006 por el cardenal Saraiva, en representación de Benedicto XVI.
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Con información de exaudi.org | Foto Créditos: exaudi.org
