Colombia amanece en un escenario político completamente nuevo, caracterizado por una buena participación, según los estándares colombianos (55%, la cifra más alta de los últimos veinte años), aunque en medio de mucha violencia, tensión y resistencia. La segunda vuelta del 19 de junio será entre el líder izquierdista Gustavo Petro y el colombiano “Trump”, Rodolfo Hernández, quien salió de la nada en pocas semanas. Confirmando los pronósticos de las encuestas, Petro está al mando (40,32%). Por primera vez, en doscientos años de historia, la izquierda tiene posibilidades concretas de conquistar el gobierno del país
En la iglesia de San Diego, joya de estilo colonial entre los rascacielos del Centro Internacional, la zona de negocios de Bogotá, en la misa del mediodía, en las oraciones de los fieles, “se pide a Colombia que se proteja del comunismo”. Mientras tanto, cientos de manifestantes y activistas afrodescendientes desfilan afuera, luchando contra un racismo que se arrastra históricamente desde hace siglos. “Es la imagen de la oposición, que también involucró a católicos, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales”, dice a SIR desde la capital colombiana Cristiano Morsolin, experto en derechos humanos, quien nos habla de este episodio. La segunda vuelta del 19 de junio será entre el líder izquierdista Gustavo Petro y el colombiano “Trump”, Rodolfo Hernández, quien salió de la nada en pocas semanas. Confirmando los pronósticos de las encuestas, Petro está al mando (40,32%).
El fin de la era Uribe. Tratando de interrumpir esta ambición, también en este caso con esperanzas fundadas, aquí está la gran sorpresa, será el candidato más “antisistema”, Rodolfo Hernández, alcalde de Bucaramanga (28,15%), quien realizó una campaña electoral en ‘señal de un populismo ‘trumpiano’, de los excesos verbales y de la lucha contra la corrupción, superando a Federico ‘Fico’ Gutiérrez (23,91%), exalcalde de Medellín, quien se convirtió en el candidato de la derecha tras el”, dicen en Colombia, ese es el desastre, del gobierno del presidente saliente Iván Duque. Gutiérrez no lo aprovechó, Hernández llenó el vacío. Así, Sudamérica se prepara para vivir, aunque en tres contextos muy diferentes, la tercera papeleta consecutiva entre alas extremas, después de Perú y Chile: la capital Bogotá y la periferia del país están con Petro, la cordillera interna con Hernández. Este último, sin pronunciar palabra, ya ha recogido en la papeleta el apoyo de Gutiérrez. Colombia no es Chile, si funciona el llamado anticomunista al país “profundo”, el “Trump colombiano” será presidente.
El reto de Petro. Todos los ojos, sin embargo, están puestos en Petro y cuál será su mensaje para ganar votos moderados. Un político aguerrido, que ya había llegado a la papeleta hace 4 años. Antes de eso, fue alcalde de Bogotá. Un perfil claramente de izquierda, con una experiencia inicial y breve en el grupo guerrillero M19, desmovilizado en 1990. En los últimos años Petro ha suavizado su propuesta. Un papel importante en esta campaña lo juega la candidata a vicepresidenta, Francia Márquez, líder afro del vapuleado Occidente.
“Petro puede ser acusado de populista y egocéntrico. En cambio, un candidato más centrista como Sergio Fajardo, cuyo programa tiene muchos puntos en común con el de Petro, ha demostrado que no sabe sintonizar con la gente (se quedó en el 4,2%, ed). – le dice al señor jaime diazteólogo y analista político, director del centro de estudios Corporación Podion -aunque su tarea, en caso de victoria, no será nada fácil”.
La oportunidad deriva de la ruptura de una larguísima tradición, que ha dado lugar a un sistema de concentración de tierras en pocas manos que probablemente no tenga igual en el resto del mundo: “La última persona en popularizar en cierta medida la política en este frente fue el general Gustavo Rojas Pinilla, entre 1953 y 1957. Y ciertamente no era de izquierda. Para encontrar otras tímidas medidas de reforma agraria, tenemos que ir a 1936”. “La alternancia tradicional entre conservadores y liberales, de hecho, siempre se ha producido dentro de un ‘club’ restringido”. Este es el famoso caso de Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948, o del General Rafael Uribe Uribe, asesinado en 1914.
Según Díaz, “Petro podría traer novedades importantes en el tema de la tierra, para superar esa absurda concentración, en la de cultivos alternativos al narcotráfico, en el control de territorios periféricos, ahora en manos de la guerrilla o paramilitares, como los obispos denunciaron recientemente, por ejemplo Mons. Carlos Barreto en el Chocó, una alarma de la que se rió el Gobierno. Está el tema de la implementación del acuerdo de paz de 2016. Hasta ahora los aspectos de justicia especial y esclarecimiento de la verdad han avanzado de alguna manera, a pesar de la oposición del gobierno de Duque, mientras que el tema del reparto de tierras. Debo decir que Hernández durante la campaña electoral solo usó consignas contra la corrupción, no conoce los temas, como lo hemos visto en enfrentamientos directos”. El alcalde de Bucaramanga, por citar un ejemplo que causó sensación en Colombia, admitió que no sabía de la existencia del oriental departamento de Vichada, donde también ganó en primera vuelta.
Muchos observadores internacionales están presentes en estas elecciones, aunque tres de ellos, aunque acreditados, fueron inexplicablemente rechazados al ingresar al país, como denuncia Morsolin: “Tanto la Misión de Observación Electoral (Moe) como la UE consideran que esta es la campaña electoral más violenta”. de los últimos diez años. Ayer hubo dos atentados con bomba y tensión también en la frontera con Venezuela, donde muchos emigrantes colombianos forzaron la frontera para ir a votar”. “Soy consciente de que hay resistencia. No creo, sin embargo, que haya riesgos para el proceso democrático colombiano -dice Díaz-. En cuanto a Estados Unidos, su papel es mucho menos fuerte de lo que solía ser. Por supuesto, al mismo tiempo, es fundamental retomar las relaciones diplomáticas con Venezuela”. En este difícil contexto, ve una nota de esperanza: “La sociedad civil en Colombia ha crecido, ahora quiere contar”.