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¿Cómo puede el compromiso pacifista en medio del conflicto lograr la liberación colectiva?
Jamil Al-Qassas, un refugiado palestino que ha sufrido la pérdida de su madre, su hermano y numerosos amigos como consecuencia del conflicto, encontró en la ONG israelí-palestina Combatientes por la Paz un camino hacia el compromiso pacifista. Al respecto, expresó: “Frente a las imágenes de la masacre de Hamás, sentí que por primera vez no era la víctima. No dejemos de señalar otro camino. Y trabajemos juntos por nuestra liberación colectiva del miedo y la opresión”.
El testimonio de Jamil Al-Qassas revela una vida marcada por la tragedia y el sufrimiento a raíz del conflicto israelí-palestino. Este refugiado palestino, cuya familia fue desplazada de su aldea por el ejército israelí en 1948, se crio en el campo de refugiados de Dheisheh. Durante la primera intifada, en 1987, experimentó la violencia y la dureza de la ocupación israelí, sufriendo pérdidas devastadoras, incluyendo la de su hermano, su madre y numerosos amigos. A pesar de haber sido un combatiente feroz durante ese periodo, con el paso de los años, Al-Qassas aprendió a adoptar una perspectiva más comprensiva y a comprender que la violencia solo engendra más violencia, y que la venganza solo genera más deseos de venganza, como reveló en su testimonio compartido a través de Combatientes por la Paz.
Después de los trágicos acontecimientos del 7 de octubre, Al-Qassas expresó su desconcierto y afirmó que, por primera vez, no se sentía como la víctima, impactado por la inesperada campaña militar de Israel contra Gaza y el aumento de muertes en ambos bandos. Aun así, su mensaje también reflejó una luz de esperanza, destacando el orgullo y la solidaridad que experimentó al reunirse con sus amigos israelíes a través de Zoom tras los eventos recientes. Enfatizó que, a pesar de las dificultades emocionales, psicológicas y económicas a las que se enfrentaron sus comunidades, continuaban manteniendo la esperanza viva y apoyándose mutuamente.
Al-Qassas instó a la humanidad a unirse más allá de intereses individuales, políticos, militares o económicos, y pidió un alto el fuego, la liberación de rehenes y prisioneros, así como la búsqueda de una solución política duradera. Destacó la importancia de preservar la humanidad y la moralidad en medio de la crisis, defendiendo la idea de que es posible encontrar un camino distinto a la violencia. Su testimonio, compartido a través de Combatientes por la Paz, se convierte en una llamada a la acción para trabajar hacia la liberación colectiva del miedo y la opresión.
En resumen, el testimonio de Jamil Al-Qassas proporciona una visión conmovedora y perspicaz de los impactos personales del conflicto israelí-palestino. Su viaje desde la tragedia hasta el compromiso pacifista ofrece una lección poderosa sobre la importancia de la empatía, la comprensión y la solidaridad en medio de la adversidad. Muestra que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la valentía pueden prevalecer, inspirando un llamado a la acción para la paz y la justicia en la región.
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Con información de Asianews.it
