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¿Qué diez cosas necesitas saber sobre el Adviento y la Navidad según documentos oficiales de la Iglesia?

¿Cómo se debe vivir el Adviento en familia, preparando el corazón para el nacimiento de Jesús?

El Periodo de Anticipación es una parte crucial del ciclo cristiano. Para todos los creyentes católicos, representa un tiempo de reflexión, de agradable espera y de mantener la fe. Existen algunas cosas fundamentales que es importante conocer acerca del Periodo de Anticipación. Esta palabra significa “venida” y es el lapso antes de la Navidad, que conmemora el nacimiento de Jesús. Es un momento de preparación para recibir el amor del Niño Dios el día de Navidad.

El Tiempo de Anticipación inicia el domingo más cercano al 30 de noviembre. Nos centramos en la vida y las enseñanzas de Jesucristo, el Hijo de Dios. Al concluir este período, celebramos con júbilo el nacimiento de Jesús. Por lo tanto, el tiempo de Anticipación nos recuerda a todos los seguidores de Cristo que debemos reservar un espacio en nuestro corazón para acoger al Niño Dios que nace.

Te invitamos a conocer algunas cuestiones que necesitas entender sobre el Periodo de Anticipación si deseas vivirlo a profundidad con tu familia. La mayoría de nosotros comprendemos intuitivamente lo que es el Anticipación, basándonos en nuestras vivencias, pero en realidad, ¿qué señalan los documentos oficiales de la Iglesia Católica sobre el tiempo de Anticipación?

A continuación te presentamos algunas preguntas básicas relativas al Anticipación, junto con las respuestas oficiales de la Iglesia al respecto. Algunas de las respuestas son verdaderamente sorprendentes.

A continuación las 10 cuestiones que necesitas tener en cuenta acerca del Anticipación y que pueden llevar a que alcances una relación más cercana y profunda con Dios. Son cuestiones realmente esenciales sobre el Anticipación que todos deberían conocer.

Propósito del Anticipación

El Anticipación es uno de los lapsos del Calendario Litúrgico de la Iglesia Católica. Concretamente, es un periodo del Calendario Litúrgico de la Iglesia Católica Latina, que es la iglesia más extensa en comunión con el Papa. Otras Iglesias Católicas, así como numerosas iglesias no Católicas, tienen sus propias conmemoraciones de Anticipación.

De conformidad con las “Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Nuevo Calendario Romano General”:

“El período de Anticipación tiene una doble naturaleza: Es el lapso de preparación para las festividades de Navidad, en las que se recuerda la primera venida del Hijo de Dios a los hombres; y al mismo tiempo, es el momento en el cual, por medio de este recuerdo, las mentes y los corazones se orientan hacia la espera de la segunda venida de Cristo, al final de los tiempos. Por estas dos razones, el Anticipación se nos presenta como un lapso de expectativa piadosa y alegre” (Norma 39).

Es común pensar en el Anticipación solamente como la temporada en que nos preparamos para celebrar la Navidad, es decir, la Primera Venida de Cristo; sin embargo, como las Normas Generales indican, es fundamental recordar que también es la conmemoración de la espera de la Segunda Venida de Cristo.

Propiamente dicho, el Anticipación es el lapso en que celebramos las dos venidas de Cristo.

Colores litúrgicos en el Anticipación

Días especiales y ciertos tipos de conmemoraciones litúrgicas pueden tener sus propios colores (por ejemplo, el color rojo para los mártires, negro o blanco para los funerales), pero el color normal empleado durante el Anticipación es el violeta o morado.

La “Instrucción General del Misal Romano” sostiene que: “El color violeta o morado se utiliza durante el Anticipación y la Cuaresma. También puede emplearse en los Oficios y Misas de Difuntos” (346d).

En muchos lugares, hay una excepción destacada para el Tercer Domingo de Anticipación, conocido como Domingo Gaudete: “El color rosado puede ser utilizado, donde sea una práctica usual, el día Domingo Gaudete (Tercer Domingo de Anticipación) y el Domingo Laetare (IV Domingo de Cuaresma)” (346f).

Anticipación: ¿tiempo penitencia

a menudo se piensa en el Anticipación como un lapso de penitencia, ya que el color litúrgico del Anticipación es el violeta o morado, que es el color usado durante la época penitencial de la Cuaresma.

Sin embargo, en realidad, el Anticipación no es un tiempo de penitencia. ¡Sorpresa! De acuerdo con el “Código de Derecho Canónico”: “Canon 1250: En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de Cuaresma”. A pesar de que las autoridades locales pueden establecer días penitenciales adicionales, el Canon 1250, antes citado, establece la totalidad de los días y tiempos de penitencia de la Iglesia Latina universal y, como vemos, el Anticipación no es uno de ellos.

Inicio y fin del Anticipación

De acuerdo con las mencionadas “Normas Universales sobre el Año Litúrgico”: “El tiempo de Anticipación comienza con las primeras Vísperas del domingo 30 de noviembre o del domingo más próximo a esta fecha, y termina antes de las primeras Vísperas de Navidad” (Norma 40).

El domingo más cercano al 30 de noviembre puede oscilar entre el 27 de noviembre y 3 de diciembre, dependiendo del año. En día domingo las primeras Vísperas se rezan en la tarde del día anterior (sábado). Conforme a la “Instrucción General de la Liturgia de las Horas”: “96. Las Vísperas se unen a la Misa cuando preceden inmediatamente a la misma, de igual modo que los Laudes. Pero las primeras Vísperas en los días de solemnidad, domingos o fiestas del Señor, no podrán celebrarse hasta que se haya celebrado la Misa del día precedente o del sábado”.

Esto significa que el Anticipación inicia en la noche del sábado que caería entre el 26 de noviembre y el 2 de diciembre, y finaliza en la tarde del 24 de diciembre, con las primeras Vísperas de Navidad.

Importancia de los domingos de Anticipación

Existen cuatro (4) domingos de Anticipación, de acuerdo con las “Normas Universales sobre el Año Litúrgico”, que establecen lo siguiente: “Los domingos de este tiempo se denominan Domingo Primero, Segundo, Tercero y Cuarto de Anticipación” (Norma 41).

Ya hemos indicado anteriormente que “Domingo Gaudete” es el nombre especial asignado al Tercer Domingo de Anticipación. Gaudete es la palabra en latín para “Alégrense”, que es la primera palabra de la introducción de la Misa de este día.

La Iglesia otorga una especial importancia a estos domingos y, por lo tanto, ellos tienen prioridad sobre otras celebraciones litúrgicas. En este sentido, las referidas “Normas Universales” disponen que: “Por su especial importancia, el domingo solamente cede su celebración a las solemnidades y a las fiestas del Señor; pero los Domingos de Anticipación, de Cuaresma y de Pascua tienen precedencia sobre todas las fiestas del Señor y sobre todas las solemnidades. Aquellas solemnidades que coincidan con estos Domingos han de ser celebradas anticipadamente el sábado precedente” (Norma 5).

Tampoco se pueden celebrar Misas Funerarias en los Domingos de Anticipación, según lo dispuesto en la “Instrucción General del Misal Romano”: “Entre las Misas de difuntos ocupa el primer lugar la Misa Exequial, que puede celebrarse todos los días, excepto las solemnidades de precepto, el Jueves santo, el Triduo Pascual y los domingos de Anticipación, Cuaresma y Pascua, observando, además, lo que hay que observar, según las normas del Derecho” (IGMR 380).

Semanas del Anticipación

Se recomienda especialmente que se pronuncien homilías en los días de semana del lapso de Anticipación. La “Instrucción General del Misal Romano” (IGMR) disponen: “En domingos y Fiestas de Guardar debe haber una homilía en cada Misa que se celebre, con las personas que asistan, y no se pueden omitir sin causa grave. En los demás días las homilías son recomendables, sobre todo, en los días de semana del tiempo de Anticipación, Cuaresma y Pascua, así como en otros días y ocasiones festivas, cuando las personas asistan en mayor número a la Iglesia” (IGMR 66).

Las “Normas Universales sobre el Año Litúrgico” también adscriben una importancia especial a los días de la semana anterior a la Navidad: “Los días de semana del 17 al 24 de diciembre, inclusive, sirven para preparar más directamente la Natividad del Señor” (Norma 42).

Esta función especial se hace evidente, por ejemplo, en las lecturas bíblicas utilizadas en la liturgia de estos días.

Decoración de las Iglesias durante el Anticipación

La “Instrucción General del Misal Romano” establece que: “Durante el Anticipación la decoración floral del altar debe estar marcada por una moderación adecuada al carácter propio de esta época del año, evitando expresar con anticipación la alegría plena de la Natividad del Señor. Durante el tiempo de Cuaresma se prohíbe decorar el altar con flores. Se exceptúan de esta prohibición, sin embargo, el Domingo Laetare (IV domingo de Cuaresma), las solemnidades y las fiestas” (IGMR 305).

La música durante el Anticipación

La “Instrucción General del Misal Romano” establece lo siguiente: “Durante el tiempo de Anticipación el uso del órgano y otros instrumentos musicales debe estar marcado por una moderación adecuada al carácter propio de esta época del año, cuidando de evitar cualquier anticipación de la plena alegría de la Natividad del Señor. El sonido del órgano y de los demás instrumentos musicales durante el tiempo de Cuaresma se permite solo para apoyar el canto. Se exceptúan, sin embargo, el Domingo Laetare (IV domingo de Cuaresma), las solemnidades y las fiestas” (IGMR 313).

El Gloria en Anticipación

Ninguno de los dos. La “Instrucción General del Misal Romano” dispone que, durante la Santa Misa, el Gloria: “Se canta o se dice en voz alta los domingos fuera de los tiempos de Anticipación y Cuaresma, en las solemnidades y fiestas y en algunas celebraciones particulares de un carácter más solemne” (IGMR 53).

Devociones durante el Anticipación

Existen varias devociones privadas que la Iglesia Católica reconoce y que pueden ser utilizadas durante el tiempo de Anticipación. La más famosa de ellas es la Corona de Anticipación.

En el siguiente enlace, usted puede leer acerca de estas devociones en el “Directorio sobre la Piedad Popular y Liturgia” (No. 96 al 105).