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¿Quién fue San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia, defensor de la fe católica?

¿Quién fue San Hilario y cuál fue su lucha en favor de la fe católica y los Salmos?

San Hilario fue un notable prelado de Poitiers que se distinguió por su amplio conocimiento y defensa de la fe. Fue el autor de unos comentarios muy conocidos sobre los Salmos que adquirieron gran renombre en la historia de la Iglesia. Debido a su formidable influencia como escritor, San Hilario fue honrado con el título de Doctor de la Iglesia. También se le conoce como el Apóstol de la Verdad, por su valiente defensa de la fe.

Día de celebración: 13 de enero.

Martirologio romano: San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia, quien, al asumir el cargo de obispo de Poitiers, en la región de Aquitania (la actual Francia), bajo el dominio del emperador Constancio, que adhería a la herejía arriana, defendió con vigor en sus escritos la fe de Nicea en la Trinidad y la divinidad de Cristo, y fue desterrado a Frigia durante cuatro años. Además, escribió unos comentarios muy célebres sobre los Salmos y sobre el Evangelio de Mateo.

Biografía de San Hilario.

San Hilario, muy ansioso por adquirir conocimiento, cultivó las letras y la filosofía. Luego se encontró con los libros sagrados y el Evangelio de San Juan iluminó su mente. En el año 345 recibió el sacramento del bautismo. A partir de entonces, vivió con tanta honradez y virtud que, al fallecer el obispo de Poitiers, fue elegido para ocupar ese cargo. Esto sucedió en el año 350.

El siglo en el que vivió Hilario estuvo marcado por conflictos dogmáticos, especialmente la herejía arriana, que afirmaba que el Verbo no era Dios, sino simplemente la primera de las criaturas creadas por Dios.

San Hilario sostenía, en conformidad con la ortodoxia, la unidad de las tres personas y que el Verbo divino se había hecho hombre para transformar en hijos de Dios a aquellos que lo recibieran.

Los seguidores de Arrio lograron convencer al emperador Constancio, quien se había visto afectado por la herejía, de desterrar a San Hilario a Frigia, una provincia romana de Asia situada en el extremo del Imperio. En el año 356, San Hilario se dirigió allí.

Durante cuatro años, San Hilario recorrió las ciudades del oriente, participando en discusiones. “Permanezcamos siempre en el destierro”, repetía, “siempre y cuando se predique la verdad”. Al mismo tiempo, enviaba a Occidente su tratado sobre los Sínodos y, en el año 359, sus doce libros sobre la Trinidad, considerados su obra más destacada.

Convocado por una orden del emperador, San Hilario participó en el concilio celebrado en Seleucia de Isauria, una ciudad de Asia Menor ubicada en la zona montañosa de Tauro. Allí, Hilario trató sobre los misterios elevados y difíciles de la fe. Después se trasladó a Constantinopla, donde escribió una carta identificando al emperador como el Anticristo.

San Hilario: devoto de los Salmos.

San Hilario fue considerado un agitador y, intimidados por su valentía, sus enemigos trabajaron para expulsarlo del oriente. Así fue como Hilario regresó a Poitiers.

San Jerónimo relata la alegría con la que los católicos recibieron a San Hilario. Allí, llevó a cabo una profunda labor exegética en los tratados que escribió sobre los misterios divinos, los salmos y el evangelio de San Mateo.

Además, compuso himnos y algunos le atribuyen el “Gloria in excelsis”. Según San Isidoro de Sevilla, San Hilario fue el primero en introducir cánticos en las iglesias de Occidente.

Regresa a la lucha. En Milán se encontraba el arriano Auxencio. San Hilario lo enfrentó con su característica audacia y fue condenado a abandonar Italia bajo el pretexto de sembrar discordia en la iglesia de esa ciudad.

San Hilario tuvo numerosos discípulos, siendo el más destacado de ellos San Martín de Tours, y convirtió a muchos herejes por sí mismo.

Muerte de San Hilario.

San Hilario falleció el 13 de enero del año 368. Sus restos descansaron en Poitiers hasta el año 1652, cuando fueron sacrílegamente quemados por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente.

San Jerónimo y San Agustín de Hipona lo llaman defensor glorioso de la fe. Debido a la profunda influencia que ejerció como escritor, el Papa Pío IX, a pedido de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, proclamó a San Hilario Doctor de la Iglesia.

Así pues, San Hilario, obispo de Poitiers en el siglo IV, se convirtió en uno de los grandes defensores de la fe católica en la divinidad de Cristo. A través de su predicación, su tratado sobre la Trinidad, su participación en concilios y su valiente oposición al emperador Constancio, se mostró como un valeroso apóstol de la Verdad.

Oración a San Hilario.

Te rogamos, Dios Todopoderoso, que el ejemplo de San Hilario y de todos tus santos nos guíe hacia una vida mejor, para que al celebrar sus festividades podamos esforzarnos por imitar sus buenas acciones. San Hilario, tú que fuiste un incansable defensor de la Verdad, ayúdanos en nuestra misión cristiana para que nunca recurramos a la mentira, ya sea para excusarnos, herir a otros, obtener ventajas o aparentar ser más importantes. En lugar de desanimarnos por el exilio, ayúdanos a aprovechar nuestro tiempo para estudiar y escribir. Te pedimos también que nos asistas en extraer el bien del sufrimiento y el aislamiento en nuestras propias vidas, y a ver la adversidad como una oportunidad para aprender y compartir nuestra fe. Lo solicitamos a través de Cristo Nuestro Señor. Amén.