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¿Quién fue San Policarpo y por qué es recordado como obispo y mártir?

¿Quién fue San Policarpo de Esmirna y cuál fue su importancia en los tiempos apostólicos de la Iglesia?

San Policarpo de Esmirna, quien fuera el último testigo apostólico, fue un obispo y discípulo del Evangelista San Juan. Nació alrededor del año 69 o 70 y recibió el bautismo en su infancia. San Ireneo aseguró que San Policarpo fue educado por los apóstoles, en especial por San Juan, quien lo ordenó obispo de Esmirna aproximadamente en el año 110.

San Policarpo es considerado uno de los tres principales Padres Apostólicos junto con San Ignacio de Antioquía y San Clemente de Roma. Es reconocido como Padre de la Iglesia en las Iglesias católica, ortodoxa oriental, Anglicana y Luterana.

Policarpo de Esmirna gozaba de un temperamento suave y moderado, amigo de la paz y la mansedumbre, y así lo reflejaba en sus homilías al pueblo. En una de sus cartas, San Policarpo ejerce cierto grado de dureza al manifestar que aquel que niegue a Jesús no podrá testificar de su cruz, y quien tergiverse sus palabras para satisfacer sus concupiscencias, procede del diablo y es el primogénito de Satanás.

San Policarpo a menudo citaba las Escrituras y se centraba principalmente en meditar el Evangelio, las cartas de San Pablo Apóstol, de San Juan y de San Pedro, e incluso leyó las cartas de San Clemente de Roma, utilizando pasajes bíblicos para entrelazar sus recomendaciones a los fieles de Filipos.

En la carta de San Policarpo a los filipenses, se reafirma la distinción entre Dios y Cristo, el Padre y el Hijo, y declara que es a través de Jesucristo que accedemos a la salvación. Policarpo insta a la esposa a amar a su marido, y a los ancianos a que sean compasivos y misericordiosos, y exhorta a todos a ser celosos al ir tras lo bueno.

San Policarpo sufrió el martirio en el año 155 durante la persecución del emperador Decio. Fue llevado ante el tribunal del procónsul y cuando todo el pueblo en el anfiteatro gritó contra él, fue entregado para ser quemado hasta la muerte. Pero como el fuego no lo dañó, finalmente fue apuñalado en la hoguera para morir. Con él, otros doce cristianos de Filadelfia encontraron la muerte por martirio en la misma ciudad.

San Policarpo es reconocido como un líder cristiano por todos los cristianos de Asia Menor debido a su fuerte fortaleza de fe y su lealtad a Jesucristo. Su propia fuerza surgió de su confianza en Dios, incluso cuando los acontecimientos no lo respaldaban. En un mundo pagano y bajo un gobierno opuesto a la nueva religión, dirigió y alimentó a su rebaño. Como Buen Pastor, dio su vida por sus ovejas y las preservó de futuras persecuciones en Esmirna.

La oración a San Policarpo es una petición a Dios para que, como lo hizo con San Policarpo, nos haga dignos del día y de la hora, y por su intercesión, participando con él en el cáliz de Cristo, podamos resucitar por el Espíritu Santo a la vida eterna.

San Policarpo es un santo cuyo legado en la fe y en la perseverancia es inspirador para muchos. Su vida es una lección de fidelidad a Cristo incluso en circunstancias difíciles, lo que lo convierte en un modelo digno de ser imitado en nuestra propia vida cristiana.