Puedo atestiguar que cuando dejamos de lado nuestras preocupaciones, frustraciones y angustias, y lo dejamos en las manos de Dios, Él SIEMPRE resuelve la situación, y lo digo de todo corazón. En el momento en que simplemente nos rendimos, el Señor se hace cargo y todo termina bien. La solución no es atacar personalmente a nuestros pastores chismeando a otros feligreses, lo que me molesta y enoja más de lo que puedo explicar con palabras. ¿Cómo menospreciar y degradar a nuestros pastores ante otros logra algo? Discutir de manera respetable una acción que nos decepciona o nos molesta es una cosa, pero decir directamente cosas desagradables y poco caritativas sobre nuestros párrocos no tengo ninguna tolerancia y no tiene cabida en nuestras parroquias.
¿Sabemos lo duro que trabajan nuestros pastores para tratar de hacer lo mejor que pueden por nosotros todos los días? ¿Cuántos de nosotros estamos realmente agradecidos por lo que hacen por nuestra familia parroquial? Hay muchas dificultades y desafíos para ser párroco de una parroquia, especialmente ahora durante la pandemia, y debemos ser agradecidos y mostrar amor, aprecio y respeto hacia nuestros párrocos. Cualquiera que piense que administrar una parroquia con miles de miembros es fácil, lamentablemente se equivoca por asomo.
Le pido que la próxima vez que recurra a un compañero feligrés o a un feligrés de otra parroquia para criticar a su pastor, si pudiera orar por él en su lugar. Y los invito a todos a participar también en el ayuno por nuestros sacerdotes, especialmente por nuestros pastores. Quizás los miércoles y viernes podamos ofrecer juntos un día de oración y ayuno por nuestros pastores.
