Una de las lecciones más profundas de St.
La vida de Josephine Bakhita es su confianza inquebrantable en Dios en medio de una situación horrenda.
S t.
La vida de Josephine Bakhita es notable y presenta muchas lecciones espirituales para que las aprendamos.
Uno de ellos implica su profunda confianza en Dios, a pesar de vivir en una situación desesperada.
S t.
Juan Pablo II señaló esta lección de su vida en un discurso a los peregrinos reunidos para la beatificación de S.
Josefina en 1992.
Elevada ahora al honor de los altares y puesta como ejemplo ante toda la Iglesia, la beata Josefina Bakhita, en su humildad y total abandono en Dios, nos enseña no sólo a trabajar y orar, sino sobre todo a confiar.
De sus dolorosos acontecimientos había aprendido, con la gracia de Dios, a tener plena confianza en él, que está siempre presente y en todas partes, y a ser, por tanto, siempre buena y generosa con todos.
Fue esta confianza radical en Dios lo que mantuvo viva su fe y la motivó a aceptar el Evangelio y eventualmente ser bautizada.
En lugar de desconfiar de Dios, considerando las situaciones horrendas que vivió, se sometió totalmente a Dios, dispuesta incluso a perdonar a sus captores.
Siempre feliz y serena, cumplió con alegría su deber, aceptando finalmente su larga y dolorosa enfermedad con valentía y resignación, sin quejarse nunca ni hablar mal de nadie.
Entonces ella dijo: “Si me encontrara con esos esclavistas que me secuestraron, y también con los que me torturaron, me arrodillaría y les besaría las manos, porque si eso no hubiera pasado, ahora no sería cristiana ni religiosa”.
S t.
Josefina pudo ver su vida a través del lente de Dios, reconociendo como él estuvo con ella en sus momentos más oscuros y permitió estas cosas terribles para su mayor gloria.
Ella nos enseña que en cualquier situación en la que nos encontremos, a tener una confianza plena en Dios, sabiendo que de ella sacará un bien mayor.