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¿Quién fue San Germán de París y cuál fue su papel en la pacificación de Francia?
Cada vez que pensamos en la vida de los santos, nos sorprendemos por las historias de amor por los demás que vivieron y el ejemplo que nos dejaron.
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Eduardo Verástegui y Jim Caviezel
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En esta ocasión, les hablaremos de San Germán de París, un obispo que amaba a los pobres y que jugó un papel importante durante la pacificación de la Francia de su tiempo.
Antes de ser obispo, San Germán fue abad del monasterio de San Sinforiano, donde fomentó el espíritu de pobreza entre los monjes.
Era tan desprendido que incomodaba a aquellos monjes más apegados a las seguridades materiales.
Cuenta la historia que en una ocasión tuvo que enfrentarse a un grupo de monjes que se había rebelado contra su autoridad, ya que estos se habían dejado llevar por ciertos rumores de que el santo regalaría todo, hasta sus propias cosas.
San Germán nació en 496, cerca de la ciudad de Autun, en el sudeste de París.
Sus padres lo abandonaron siendo un niño, pero por gracia de Dios un pariente suyo llamado Scapilion se hizo cargo de él.
Scapilion, quien era sacerdote, le procuró al pequeño la educación y los cuidados necesarios.
Más adelante, al hacerse adulto, Germán ingresó al monasterio de San Sinforiano de Autun.
Fue tanto su dedicación y empeño en la vida monástica que sus hermanos lo eligieron abad.
De acuerdo al testimonio de uno de sus amigos, el obispo San Venancio Fortunato De Poitiers, se sabe que Germán fue un abad de gran sencillez y fervorosa oración y que muchos milagros serían obrados por su intercesión.
San Germán le tocó vivir tiempos en los que su país se encontraba en franca decadencia.
Eran tiempos en los que la ostentación y la vida desordenada se habían convertido en la norma, donde nadie se solidarizaba con los que menos tienen.
Para el año 555, a Germán se le presentaría un reto inesperado: el obispo de París, Eusebio, murió.
En ese momento, el monje se encontraba en la ciudad y dado su prestigio de hombre noble y santo, el clero y el pueblo le reclamaron al rey que lo llamaran para que ocupara la sede vacante.
Childeberto I, rey de las Galias, accedió al pedido popular y lo retuvo en la ciudad.
Como pastor, San Germán fortaleció el anuncio evangelizador a los pueblos paganos, defendió la doctrina y extendió la práctica de las costumbres cristianas en la vida social, especialmente la limosna.
También participó en el tercer y cuarto Concilio de París, así como en el segundo Concilio de Tours (566).
Un aspecto importante de la vida de San Germán es su generosidad y su concreción práctica en la limosna.
Desde los tiempos apostólicos, ha existido la llamada “comunión de los bienes”, es decir, compartir aquello que Dios provee, sea material o no, para el beneficio de todos y de la Iglesia.
En esto, el Señor Jesús fue el primer ejemplo, lo dio todo, no se guardó nada para sí, mientras caminó por este mundo no tuvo ni “donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20).
El Maestro ensalzó a la viuda pobre y la puso de ejemplo para todos.
San Germán quiso hacer eco de esa santa generosidad y movilizó a todo París para contribuir al sostenimiento de la Iglesia y de los más necesitados, lo que le valió el apelativo de “padre de los pobres”.
San Germán mostró cómo no es necesario ser rico para compartir, y que la solidaridad embellece la comunidad política y eclesial.
Después de una vida austera y de penitencia, San Germán falleció bordeando los 80 años, el 28 de mayo de 576.
Hoy, los católicos franceses lo veneran como patrono de la gran metrópoli parisina.
Fue sepultado en la capilla de San Sinforiano, y en 754, sus reliquias fueron reubicadas en la nave principal, en presencia de Pipino el Breve, rey de los Francos, y de su hijo Carlomagno, quien era un niño de siete años en ese entonces.
San Germán nos recuerda que la limosna es una expresión de amor, entrega y una prueba fehaciente y sencilla de que las “cosas” no son lo más importante, y que si tienen valor es porque pueden ser medio para obrar el bien. ¡Que el ejemplo de San Germán nos impulse a vivir nuestra fe con generosidad y amor hacia los demás!
Las siguientes preguntas pueden ayudarnos a profundizar y reflexionar sobre el tema:
1. ¿Quién fue San Germán de París y cuál fue su papel en la sociedad de su tiempo?
San Germán fue un obispo de la Ciudad Luz entre 555 y 576, conocido por su amor a los pobres y por pacificar la Francia de su tiempo.
2. ¿Cómo llegó San Germán a ser obispo de París?
Tras la muerte del obispo de París, el clero y el pueblo le pidieron al rey que llamara a San Germán para que ocupara la sede vacante.
3. ¿Por qué San Germán es conocido como el padre de los pobres?
San Germán movilizó a todo París para contribuir al sostenimiento de la Iglesia y los más necesitados, convirtiéndose en un ejemplo de generosidad y amor.
4. ¿Cuál fue el papel de San Germán en la limosna y la solidaridad comunitaria?
San Germán mostró que no es necesario ser rico para compartir, y que la solidaridad embellece la comunidad política y eclesial.
5. ¿Cómo es recordado San Germán en la actualidad?
Hoy es venerado como el patrono de la gran metrópoli parisina y fue sepultado en la iglesia más antigua de París, que fue construida en su honor.
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Con información de aciprensa.com – Foto Crédito: aciprensa