Sudaneses huyen de cultura de venganza, buscando un futuro mejor en el Sur.

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Maria Martinelli, una cirujana italiana, ha sido parte de las Misioneras Combonianas en Sudán del Sur durante los últimos cinco años. Ella ha vivido en África por más de 30 años, ayudando a construir hospitales y proyectos sanitarios en Uganda, Etiopía y Chad. Durante su última formación en el continente africano, Maria supo que el Señor quería que ella estuviera allí, no solo como médica, sino también como misionera.

Durante su estancia, Maria fue testigo de la visita del Papa Francisco a Sudán del Sur. Esta visita fue una peregrinación de paz y reconciliación, ya que estos son los deseos profundos de los sursudaneses. Sin embargo, el cambio que se necesita para lograr la reconciliación choca con la mentalidad imperante que exige venganza. El Papa Francisco fue el icono de este cambio necesario, ya que la gente lo reconoció como el único líder digno de ese nombre.

Además, la presencia del Papa junto a Justin Welby, primado de la Iglesia anglicana, y Iain Greenshields, ex moderador de la Iglesia presbiteriana en Escocia, subrayó la necesidad de un camino común, en la vida y en la fe, para superar las divergencias.

Durante su tiempo en África, Maria ha compartido la triste realidad de la guerra y los conflictos políticos y étnicos que tanto hacen sufrir a la gente. Ella ha trabajado con los más vulnerables, construyendo hospitales y enseñando a médicos y enfermeras locales. Maria siempre ha sentido la presencia reconfortante del Señor a su lado, especialmente en los momentos más difíciles.

Al finalizar la visita del Papa Francisco, Maria agradece al Señor por darles la oportunidad de reflexionar sobre lo que está sucediendo en el país y esforzarse por cambiar para que la paz sea posible. Ella sabe que la guerra consume las esperanzas y desea que todos los cristianos y no cristianos puedan unirse en la vida y en la fe para superar las divergencias.

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^{Con información de VidanuevaDigital.com}