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Jesús prometió la paz, una paz que va más allá de nuestra comprensión. Pero, ¿cómo podemos experimentar esta paz? ¿Es posible en un mundo lleno de problemas? Descubramos cómo podemos encontrar la paz que Jesús ofrece.
Jesús habló acerca de la paz, y acerca del tiempo en que ya no estaría con nosotros en persona. Él nos hizo una promesa a todos sus apóstoles y a nosotros: “Dejo la paz con vosotros; mi paz os doy; no como la da el mundo, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Esta promesa nos ofrece la consolación de la paz y la eliminación del miedo.
San Pablo llevó la promesa de paz del Señor aún más lejos. Escribiendo a los Filipenses, les recordó la promesa de la paz y les escribió que ni siquiera deben experimentar ansiedad.
¿Deseamos esta paz? ¿Todavía conocemos el miedo en nuestras vidas? ¿Experimentamos a menudo ansiedad?
La respuesta puede sonar contraria a la mente moderna. Esta frase, contraria a la intuición, literalmente significa algo contrario a lo que nos dice nuestra intuición o incluso nuestro sentido común.
La perspectiva moderna para experimentar la paz es eliminar todo en nuestras vidas que perturba nuestra paz. Si solo eliminamos los obstáculos a la paz, dice la lógica moderna, entonces la paz será nuestra. El sentido común dice: ¿Cómo está funcionando esto para todos?
No es sorprendente que esto no sea el principio bíblico para experimentar la paz, y por dos razones. En primer lugar, nunca podemos esperar eliminar todos los obstáculos a la paz en esta vida. Y en segundo lugar, ni siquiera son los obstáculos ni las tribulaciones los que nos quitan la paz en esta vida. Cristo nos lo dijo él mismo.
La clave para experimentar la verdadera paz en esta vida es, como dice Cristo, en Mí. Es esencialmente la misma frase que leemos en Filipenses 6 arriba, “guardará vuestros corazones y mentes en Cristo Jesús”.
Pero, ¿qué significa esto? ¿En Mí, en Cristo Jesús? Significa abandonar toda nuestra vida, todo, lo bueno y lo malo, en las manos de Jesucristo. Parece contrario a la intuición, pero solo podemos experimentar la paz al abandonar, no al controlar.
No son nuestras circunstancias, ya sean buenas o malas, las que determinan si experimentamos la paz. Solo llegaremos a experimentar la verdadera paz cuando abandonemos todo a Cristo.
Hay una oración muy poderosa para este grado de Abandono. Expresa la seriedad tanto de Jesús como de San Pablo, cuando explicaron lo que es necesario para experimentar la paz. Esta oración, escrita por el Santo Charles de Foucauld, no es para los débiles de corazón. Como con muchas oraciones, es una cosa decirla, pero otra muy diferente orarla. Se necesita mucho valor para orar esto.
Rezar esta oración es una experiencia en sí misma. Debemos estar dispuestos a dejar ir nuestro enfoque aprendido de la vida, el que es más familiar y cómodo para nosotros. Debemos entregarlo todo a Jesús. Esta es la forma de paz.
Por favor, reza esta oración todos los días durante una semana. Vea qué valor el Señor puede estar pidiendo.
Bendiciones.
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Con información de integratedcatholiclife.org | Foto Créditos: integratedcatholiclife.org