Mons. Athanasius Schneider y las restricciones de acceso a los sacramentos por la pandemia.

La situación de prohibición del culto público en muchos lugares retrotrae a la Iglesia a un período comparable de prohibición ordenado por los emperadores romanos paganos en los primeros siglos o por la dictaduras anti-cristianas del tempo moderno. Lamentablemente, muchos obispos y sacerdotes han colaborado sin resistencia con una prohibición claramente exagerada y desproporcionada del culto público por parte del Estado. Lo que es mucho más grave es que muchos obispos han prohibido el culto público y la administración de los sacramentos incluso cuando el estado no ha impuesto ninguna restricción. Tal actitud reveló la actual enfermedad espiritual dentro de la Iglesia que se expresa en dar primacía a las cosas temporales en detrimento de la primacía de lo sobrenatural, que es, sin embargo, la primera y esencial misión de la Iglesia, misión que Cristo nuestro Salvador encomendó solemnemente. En las últimas décadas, muchos miembros de la jerarquía de la Iglesia se han visto inmersos principalmente en cuestiones seculares y temporales, quedando ciegos a las realidades sobrenaturales y eternas.
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