Grandeza del ser humano.

Creados el hombre y la mujer a imagen y semejante de Dios (Gn. 5, 1-2), el ser humano cuenta con una grandeza por encima de todos los seres de la creación y con una gran dignidad de imagen de Dios. Y quiso Dios que el hombre fuera inmortal y viviera para siempre. (Sb. 1, 14-15)

En cuanto por la desobediencia del nuestros primeros padres, vino como consecuencia la muerte y la muerte pasó a todos porque todos pecaron.
Pero Dios por su infinita misericordia quiso devolver esa gracia arrebatada por el pecado mediante en Cristo su hijo.