Con motivo de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, Francisco une su voz a la de hombres y mujeres de distintos continentes para invocar el fin de la pandemia.
Una voz, muchos rostros, para una oración que tiene como protagonistas al Papa y a los ancianos del mundo. Abuelos: hombres, mujeres, matrimonios, de diferentes orígenes y colores, físicamente distantes pero cercanos en la fe y en la fuerza de la oración que los hace uno con Francisco y la humanidad.
De ellos surge, en un vídeo, la invocación al Señor para que calme la pandemia y acabe con todas las guerras, pero también la acción de gracias por los momentos de alegría y dificultad, por la bendición de una larga vida en la que nunca ha faltado el consuelo y la presencia viva del Señor. Así, las voces se alternan y entre ellas está también la de monseñor Laurent Noël que, a sus 101 años, es el obispo más anciano del mundo.
Oración para la primera Jornada Mundial de los abuelos y las personas mayores
“Te doy las gracias, Señor, por el consuelo de tu presencia: También en la soledad, eres mi esperanza, mi confianza; ¡Desde mi juventud, eres mi roca y mi fortaleza! Gracias por haberme dado una familia y por la bendición de una larga vida.
Te agradezco los momentos de alegría y de dificultad, por los sueños cumplidos y por los que aún tengo por delante.
Te agradezco este tiempo de renovada fecundidad al que me llamas.
Aumenta, Señor, mi fe, hazme un instrumento de tu paz; enséñame a acoger a quien sufre más que yo, a no dejar de soñar y a narrar tus maravillas a las nuevas generaciones.
Protege y guía al papa Francisco y a la Iglesia, para que la luz del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra.
Envía tu Espíritu, Señor, a renovar el mundo, para que la tormenta de la pandemia se apacigüe, los pobres sean consolados y toda guerra termine.
Sostenme en la debilidad, y concédeme vivir plenamente cada momento que me das, con la certeza de que estás conmigo cada día hasta el fin del mundo. Amén”.
Fuente: Vatian News