Domingo 18 de diciembre - Cuarto domingo de adviento

Reflexión sobre el evangelio del día para meditar y amar más a Dios

Santo evangelio según San Mateo 1, 18 - 24

 

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Maria, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no temas acoger a Maria, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por medio del profeta: “Miren, la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. 

 

Llegamos ya al cuarto domingo del tiempo de adviento, completamos los cuatros domingos que la iglesia nos propone para prepararnos adecuadamente para el nacimiento del Niño Jesús. Ya tan solo nos faltan unos días para llegar a la noche santa de Navidad. De igual forma nos encontramos en el tercer día de la novena en preparación a ese hermoso momento del nacimiento del Niño santo. que hermoso es ver cómo las familias se reúnen en esta época, se juntan los vecinos, los amigos y juntos cantan y rezan junto al pesebre, bendita época de navidad que reúne a las familias.

 

En el evangelio de hoy vemos la duda de San José al enterarse que Maria estaba esperando un hijo pero al ser un hombre santo decidió sabiamente no delatarla porque la tomarian por una adúltera y según las leyes de Moisés a estas mujeres había que apedrearlas, José quería tanto a Maria que no imagino ese desenlace para ella. Al comprobar Dios las virtudes de San José, envió su ángel para que en sueños le comunique la verdad de las cosas, al comprender la realidad, San José acepta los designios de Dios y acoge a Maria como su esposa y se convierte desde ese momento en el padre adoptivo de Jesús. 

 

En este domingo, la liturgia nos concentra en la figura de San Jose, ese gran hombre que toma tanto protagonismo en esta época, personalmente San José es de mis santos preferidos y a él me encomiendo todos los días. San José tiene tantas virtudes que profundizar en él nos lleva largas horas y por eso mismo es que hoy faltando ya tan poco para la Navidad la Iglesia medita en torno a él. Del texto evangélico de hoy rescatamos algunas virtudes de San José: Humildad, paciencia y escucha. Que falta nos hace estás virtudes a nosotros, la humildad que tuvo San José para aceptar los designios de Dios nos hace falta a nosotros que somos soberbios y orgullosos y sólo nos importa nuestro criterio. La paciencia que tuvo San José para no cometer un error con María nos falta a nosotros que somos impulsivos y hacemos muchas locuras. La escucha de San José para poder atender la voz de Dios nos hace falta a nosotros que vivimos sumergidos en los ruidos del mundo y no escuchamos la voz del Señor.

 

Durante estos días vamos a meditar mucho más en San José, el hombre del silencio. Que el gran padre adoptivo de Jesús nos conceda que el buen Dios nos de todas esas virtudes que lo hicieron merecedor de ser el tutor del Señor aquí en la tierra.


David Ramirez

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