REFLEXIÓN ESPECIAL PARA HOY QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

Reflexión especial para hoy quinto domingo de cuaresma - La hora de la glorificación de Jesús

En este domingo la liturgia de la palabra nos recuerda que ya en una semana empezaremos a vivir las celebraciones más importantes de nuestra fe católica. En el evangelio de hoy, a Jesús lo buscan unos griegos que lo querían conocer mejor, Jesús aprovecha esta ocasión para exclamar varias frases hermosas, pero vamos a resaltar dos de ellas: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto”. “El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardara para la vida eterna”.

 

El significado profundo de la primera frase nos invita a reflexionar sobre la importancia de dejar atrás ciertas etapas o aspectos de nuestra vida para poder crecer y evolucionar. Así como el grano de trigo necesita caer en tierra y morir para poder germinar y dar vida a una nueva planta, nosotros también debemos estar dispuestos a dejar atrás aquello que nos limita o nos impide crecer. A veces, es necesario renunciar a ciertas comodidades, creencias o hábitos que nos mantienen estancados para poder alcanzar nuestro máximo potencial. A través de la muerte simbólica de esas partes de nosotros mismos que ya no nos sirven, podemos renacer y florecer en una versión mejorada de nosotros mismos.

 

Este proceso de transformación puede resultar doloroso y desafiante, ya que implica enfrentar nuestros miedos, inseguridades y resistencias internas. Sin embargo, si logramos superar esta etapa de "muerte" y renacimiento, estaremos abriendo la puerta a nuevas oportunidades, aprendizajes y crecimiento personal. En resumen, la frase nos recuerda que a veces es necesario dejar morir ciertas partes de nosotros mismos para poder dar paso a un nuevo ciclo de vida, en el que podremos dar frutos y alcanzar nuestra plenitud.

 

La segunda frase por su parte, nos invita a reflexionar sobre la importancia de tener un equilibrio en la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Es fundamental cultivar el amor propio, pero sin caer en el egoísmo o la vanidad. Del mismo modo, debemos evitar caer en la autocrítica excesiva o el odio hacia uno mismo, ya que esto puede impedir nuestro crecimiento personal y espiritual. En resumen, se trata de encontrar un punto medio donde podamos amarnos y valorarnos, pero también ser humildes y compasivos con nosotros mismos y con los demás.

 

Estamos a escasos días de dar inicio a la Semana Santa, preparémonos bien para vivir con el alma renovada las fiestas pascuales que ya se acercan.


David Ramirez

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